La historia de los viajeros
La historia de los viajeros.

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La historia de los viajeros

Había una vez, hace mucho tiempo, dieciséis viajeros que emprendieron un viaje hacia el bosque.

Al principio todo marchaba bien, pero luego de haber recorrido cierta distancia, uno de ellos, Agrimony, empezó a preocuparse por saber si iban por el camino correcto. Luego, a la tarde, mientras ingresaban en las sombras, Mimulus comenzó a tener miedo, miedo de que hubieran perdido el camino. A la puesta del sol, cuando las sombras eran más profundas y se escuchaban los sonidos de la noche del bosque, Rock Rose se aterrorizó y entró en un estado de pánico. En el medio de la noche, cuando todo era oscuridad, Gorse perdió las esperanzas y dijo: “No puedo seguir; sigan solos, yo me quedo así como estoy hasta que la muerte alivie mi sufrimiento.”

Oak, por otro lado, aunque sentía que todo estaba perdido y que nunca más verían la luz del sol dijo: “Lucharé hasta el final”, y lo hizo con entusiasmo.

Scleranthus tenía esperanzas, pero a veces sufría de incertidumbre e indecisión, primero queriendo tomar un camino y casi inmediatamente, otro. Clematis caminaba lentamente, tranquilo y paciente, pero poco le importaba si se dormía profundamente o si salía del bosque.  Gentian por momentos alegraba al grupo, pero otras veces caía en un estado de desánimo y depresión.

Otros viajeros nunca temieron no poder lograrlo y a su modo tenían muchas ganas de ayudar a sus compañeros.

Heather estaba seguro de conocer el camino y quería que todo el grupo lo siguiera. A Chicory no le importaba el final del viaje, le preocupaba que a sus compañeros no les dolieran los pies o estuvieran cansados o tuvieran suficiente comida. Cerato no confiaba mucho en su propio criterio y quería probar todos los caminos para estar seguro de no ir en la dirección equivocada, y el pequeño y dócil Centaury quería alivianar el peso y estaba dispuesto a llevar el equipaje de todos. Lamentablemente, el pequeño Centaury por lo general llevaba el peso de los que se encontraban en mejor situación para cargar lo suyo porque eran los que más se quejaban.

Rock Water, siempre entusiasmado por ayudar, deprimía un poco al grupo porque criticaba cada cosa que hicieran mal, y sin embargo Rock Water conocía el camino. Vervain también conocía muy bien el camino, pero aunque estaba un tanto confundido, no paraba de dar detalles de cuál era la única salida del bosque. Impatiens también estaba seguro de cuál era el camino a casa, lo conocía tan bien que se ponía impaciente con los menos veloces que él. Water Violet ya había recorrido ese camino y conocía la ruta adecuada, pero se sentía un tanto orgulloso y menospreciaba al resto porque ellos no entendían. Water Violet los consideraba un tanto inferiores.

Y al final todos salieron del bosque.

Ahora sirven de guía de aquellos caminantes que no han realizado antes el viaje y, como saben que hay una salida, y porque saben que la oscuridad del bosque es tan sólo la sombra de la noche, caminan como los “valientes caballeros”, y cada uno de los dieciséis viajeros enseña su propia lección, el ejemplo necesario.

Agrimony camina despreocupado, y hace chistes por cualquier cosa. Mimulus no conoce el miedo; Rock Rose, en los momentos más oscuros es la imagen del coraje calmo y sereno. Gorse, en las noches más oscuras, les cuenta el progreso que harán cuando el sol salga por la mañana.

Oak permanece firme en el más fuerte temporal; Scleranthus camina con perfecta certeza; los ojos de Clematis miran hacia el final del viaje con alegría, y ninguna dificultad ni contratiempo puede desalentar a Gentian.

Heather ha aprendido que cada viajero debe recorrer su propio camino y marcha tranquilo adelante para mostrar que es posible.

Chicory, siempre listo para tender una mano, pero sólo cuando se lo piden, y lo hace tranquilo. Cerato conoce muy bien los caminos que no conducen a nada, y Centaury siempre busca al más débil, al que le cuesta llevar la carga.

Rock Water se ha olvidado de acusar, simplemente alienta. Vervain ya no da un sermón sino que muestra el camino en silencio. Impatiens no conoce el apuro, se queda entre los últimos para seguirles el paso; y Water Violet, más ángel que persona, recorre al grupo como un cálido soplo viento o un glorioso rayo de sol, bendiciendo a cada uno de ellos.

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