Después de leer «Desobediencia vital» de J.C.Payan,(libro que os recomiendo) sentí que este debería ser mi objetivo como terapeuta “que cada ser encuentre su propio orden”…
Los sistemas vivos son sistemas termodinámicamente abiertos (como dice Lorenz Fischer son sistemas energéticos abiertos, holísticos y disipativos) es decir, que intercambian materia y energía con su ambiente.
Como explica la Teoría General de Sistemas el carácter de sistema abierto es la condición necesaria para la continua capacidad de trabajo del organismo. Estos sistemas importan y procesan elementos (energía, materia e información).
Según Ilya Prigogine, premio nobel de química de 1977 y precursor de la teoría del caos, el aumento de entropía está asociado a un desorden creciente. Habla de un universo en constante construcción.
Para Prigogine un sistema disipativo es el que lejos de su estado de equilibrio (ya sea en reposo o la ausencia de organización), evoluciona espontáneamente por aportación de energía hacia un mayor nivel de organización, en el que la entropía(o degradación) es inferior a la de su estado inicial.
En base a la segunda ley de la termodinámica, la evolución de un sistema aislado siempre será en el sentido en que se produzca la máxima entropía (en griego significa evolución) y se igualen sus desequilibrios.
C.K. Biebricher,G.Nicolis y P.Schster escriben «el mantenimiento de la organización de la naturaleza no se consigue con una dirección central; el orden sólo se puede mantener mediante la auto-organización. Los sistemas auto-organizativos permiten adaptarse a las condiciones externas».
El paciente que llega a nuestra consulta ya ha pasado normalmente por pruebas en la medicina tradicional, mil fármacos, rehabilitaciones sin buenos resultados.
Evidentemente, cuando deciden venir a nosotros, algo les dice que pueden mejorar, es decir, que están abiertos a que algo cambie aunque no entiendan cómo.
Son sistemas abiertos buscando su propio equilibrio. Cuando el ser ha llegado a un estado patológico, intenta buscar su propio reordenamiento.
Intentamos ayudarlo, en nuestro caso, con el estímulo de la procaína, a través del sistema nervioso, viéndolo como una red de canales de información y entendiendo a ese ser como un sistema termodinámicamente abierto en relación con todo lo que le rodea y en lo que está inmerso.
Este seria entonces el objetivo de la consulta de terapia neural, qué cada uno adquiera las herramientas necesarias para vivir (que no sobrevivir) en nuestro medio, en las condiciones que nos toquen a través de la auto-organización de su sistema, su propio orden, su propio caos.