El aceite esencial de orégano se obtiene de la destilación al vapor de las hojas y flores de esta planta.
Su nombre viene de las palabras griegas “oros” (montaña) y “ganos” (alegría), alegría de la montaña.
Se ha utilizado durante siglos y es uno de los aceites más potentes que existen, con un alto contenido en fenol, por este mismo motivo se aconseja usarlo de forma prudente en difusor, echando solo una o dos gotas. Tiene dos componentes, el carvacrol y timol, responsables de sus propiedades antibacterianas y contra los hongos.
El carvacrol tiene importantes propiedades curativas que han sido ampliamente estudiadas, entre ellas como hemos dicho la función frente a infecciones por bacterias, hongos (como el pie de atleta o la cándida), pero también por virus y parásitos.
Es útil en procesos alérgicos y sus síntomas como estornudos, prurito, para problemas digestivos y respiratorios al mejorar el sistema inmunológico.
En general es antiinflamatorio por lo que ayudará en la parte inflamatoria de la celulitis. Además ayuda a estimular la circulación y mejora la salud de nuestra piel usándolo en masaje.
En general es revitalizante, energetizante, muy útil en momentos de agotamiento.
Por su gran potencia está contraindicado en embarazadas y niños y siempre en pequeñas cantidades si se usan vía oral.