Cómo nos hablamos es tan importante… recuerdo que de pequeña ya me decía mama que tenía que hablarle a las plantas, y se le dan genial, y claro, no es hablar por hablar, es decirles cosas bonitas, ¿locura? no, sensibilidad, empatía…
Pues sí, las plantas crecen más verdes, echan más flores cuando se las trata bien, el agua cambia su forma en función de las palabras que le digan como puso de relevancia el Dr Masaru Emoto…
Y ¿qué nos decimos a nosotros mismos cada día?, ¿cuántas veces oímos en boca de gente que queremos?…“ no hay quien me aguante”, “ no valgo para nada”, “ ya la he liado otra vez”…
Y así miles de cosas a lo largo del día, muchísmos mensajes negativos directos a nuestro cerebro (que como ya sabemos, no distingue lo real de lo simbólico), a nuestras células, a nuestro corazón.
Mírate cada día de forma más compasiva, recuerda la niña/o que fuiste y así será más fácil que no te descalifiques.
Quiérete un muchito más.
