Historia de «Cosas que quiero contarte»
Cosas que quiero contarte

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Historia de «Cosas que quiero contarte»

El libro lo escribo para mi sobrina Leire, se lo regalo cuando cumple dos años, se me ocurre qué cosas me gustaría que conociese ella aunque yo no estuviese, así empiezo a escribir para ella, un cuento para cada día de cumpleaños desde los 0 a los 18 años, un libro para abrir cada aniversario, como dice mi madre, cosas buenas que todos deberíamos saber.📗⁣

Las madres que estaban en aquel cumple me animan a transformarlo y editarlo para que llegue a más niños, ellas fueron realmente las que me dieron el empujón, y ahora, feliz de haberlo hecho.✍️⁣

Los que me conocéis sabéis que soy médico, desde los 7 años decidí que eso es lo que quería, pero también deseaba pintar y viajar a París, fui creciendo y me hice médico y viajé a París y pinté, y escribí y me interesé por todo acto creativo y cuando ya empecé a ejercer me di cuenta de que faltaba algo y comencé a estudiar medicinas complemetarias que me ayudasen a entender de otra manera las patologías y problemas del ser humano. Eso me llevó a conocer técnicas como algunas de las que aparecen en el libro, cosas que quería contarle a mi sobrina, y que ahora gracias a su publicación puede llegar a muchos otros niños. Os iré hablando de alguna de estas técnicas, el Wabi Sabi, el Ho´oponopono, la Atención Plena, los Mandalas…

Os dejo un fragmento de mi libro “Cosas que quiero contarte” es el que le leeremos a los 5 años.

“Mandalas”

Tita está un poco distraída últimamente, en el cole no atiende y Tom se lo ha notado.

—Tita ¿qué te pasa, amiga, tiene algún problema?

—No me pasa nada, Tom, solo es que, a veces, no me concen- tro en el cole.

Tom se queda pensativo y decide proponerle a su amiga una cosa.

—¿Quieres que pintemos mandalas?

—¿Pintar mandalas? ¿Qué es eso, Tom?

Tom le explica a Tita que el mandala es un dibujo circular para colorear que utilizan en lugares muy lejanos desde hace muchos años.

—Y ¿qué significa esa palabra? —le dice Tita.

—Esa palabra viene del sánscrito, un idioma muy, muy muy antiguo, es el «pensamiento dentro del círculo».

—Ufff, qué difícil…

—Nooo, Tita, es fácil y divertido, nos sirve para relajarnos y aprender a concentrarnos, consiste en colorear esos círculos o mandalas con lápices de colores, ceras, acuarelas o lo que quie- ras… Podemos pintarlos cuando estamos preocupados, nervio- sos. Puedes hacerlo sola o ponerte a dibujar con un amigo, es mejor hacerlo en silencio y te propongo que pruebes a ver cómo estás antes de empezar y al final del dibujo.

»Tita, te voy a traer alguno para que pruebes y, después, pode- mos dar un paseo buscando mandalas por la ciudad.

—¿En serio, Tom? ¿Dónde los encontraremos?

—Pregunta a tus papis, seguro que nos ayudarán, están en las iglesias, les llaman rosetones, el reloj del ayuntamiento… Pode- mos ir de aventura buscándolos… y se me olvidaba, Tita, fíjate la próxima vez que papá corte un tomate a la mitad, un pepino o un calabacín, ya verás que son como mandalas.

¿Dibujamos ya?


Te quiero, siempre.

Es un libro para regalar a un sobrino, un hijo o un hermanito, pídemelo a mi directamente o

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