Vamos a ver cómo reconocer el perfil de víctima en nosotros y los demás. No es fácil ver eso en uno mismo, la palabra en sí nos molesta.
A continuación te daré unas pinceladas sobre Willow, una de las flores del sistema de Edward Bach que podemos utilizar para llevar al equilibrio este rasgo nuestro. Exacto, al equilibrio, las flores de Bach no eliminan o cambian nuestra personalidad, liman lo que sobresale y hace daño, llevan al punto medio, al equilibrio esos rasgos que nos limitan, que no son adecuados para nosotros ni los demás. No hay flores malas ni buenas, todo en su justa medida es perfecto.
¿Qué características tiene el perfil de víctima?
1. Piensan que “han tenido mala suerte en su vida” se sienten víctimas, se quejan pero no se enfrentan, culpan a todos menos a ellos mismos.
2. Retienen la ira, la rabia, el resentimiento, sentimientos que llevan hacia el exterior con procesos crónicos.
3. A menudo presentan quejas, amargura, autocompasión, “ yo no me merezco esto” ¿por qué ha tenido que pasarme a mi?…
4. Sienten que son menospreciados y que son injustos con él.
5. Aceptan la ayuda de los demás pero les cuesta darla.
Las cualidades y aspectos positivos y lo que ayuda a regular Willow cuando la usamos:
Permite que las personas olviden y perdonen.
Ayuda a la creatividad, la gratitud, la capacidad de perdonar, asumir la responsabilidad en nuestra propia vida en forma positiva, dejan de ser víctimas.
Sirve para no adjudicar la responsabilidad de lo que pasa a otros.
