Con las flores de Bach se tratan los efectos de la enfermedad, no la enfermedad en si misma.
Se trata la causa, no se reparan los estragos, sino que se ataca al verdadero enemigo.
La enfermedad es el resultado de un proceso largo, de un conflicto entre el Alma y la Mente, y es “única y puramente correctora”.
La parte del cuerpo afectada indica la naturaleza de la falta.
La Mente por ser la parte más sensible y delicada del cuerpo muestra el principio y desarrollo de una enfermedad antes que el cuerpo, por ello es el estado de la mente el que debe tenerse en cuenta para elegir el remedio adecuado.